La vida es una escuela, un campus de aprendizaje, donde tenemos que llevar asignaturas, cumplir requisitos, acumular créditos o notas para poder culminar con éxito y graduarnos. La Escuela de la vida nos lleva por etapas y nos tocan asignaturas que no siempre nos agradan, no obstantes son necesarias pasar, experimentarlas y vivirlas, para poder crecer.
En la vida académica una asignatura siempre procura desarrollar habilidades en los estudiantes. Y con la vida es igual, repetiremos la misma experiencia, mientras no hayamos podido desarrollar la habilidad que la vida quiere que obtengamos a través de la expe-riencia que vivimos. Muchos no entendemos esto y estamos reprobando las materias en la vida, una y otra vez, provocando estancamiento en nosotros. Y mientras no aprendamos a superar estas situaciones de vida, no habremos aprobado nuestras asignaturas.
Por ejemplo, hay gente que ha reprobado la materia de finanzas, la vida les ha enseñado que es necesario ahorrar y no derrochar, procurar no estar endeudados. Sin embargo, salen de una deuda y se meten fácilmente en otra, malgastan el dinero en lugar de planificar gastos y sanar las finanzas. No aprenden lo que la vida les quiere enseñar. Reprueban la asignatura y nunca se terminan de graduar.
La biblia dice: “Por el camino de la sabiduría te he encaminado, y por veredas derechas te he hecho andar. Proverbios 4.11. Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos. Salmos 32.8”. Todo lo que Dios permite en nuestras vidas es simplemente para encaminarnos a la sabiduría, entendimiento y para enseñarnos. Él quiere que nos graduemos.
Enfócate en tu situación actual, qué trata de enseñarte la vida y apréndelo de una vez. Porque es hora de avanzar.
Un nuevo nivel te espera. ¡Es hora que nos graduemos!