Por Sandra Chiong
Estamos acercándonos a una de las mejores épocas del año, en donde brilla la luz de esperanza de que algo nuevo está por comenzar, pero también es la época en donde haremos el recuento de los daños del ciclo que estamos por cerrar. En esta vida todo tiene su momento; hay un tiempo para todo y ahora es tiempo de limpiar el clóset de nuestras vidas, así como limpiamos u ordenamos los armarios de nuestros cuartos.
Este año que finaliza, te hizo guardar tantas cosas en el closet de tu vida, como recuerdos, resentimientos, heridas, amarguras, gastritis, dolores de cabeza, estrés, preocupaciones, tristezas y alegrías, éxitos y fracasos, despedidas y bienvenidas, sueños en espera y rea-lizados, asuntos sin resolver y resueltos. Cosas que se destruyeron y las que se edificaron. Cosas que tienen soluciones y cosas que no las tienen, palabras que no dijimos y palabras que aún podemos decir, perdón que no pedimos y el perdón que aún podemos otorgar, esto y muchas cosas más, están guardados en nuestro clóset.
Sin embargo, la palabra de Dios afirma en Isaías 43:19 He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré ríos en el desierto y caminos en la soledad.
Todo lo nuevo que Dios te quiere entregar en esta nueva temporada, solo lo podrás recibir si tienes tus manos libres para recibirlo. Tus manos solo estarán libres si sueltas todo lo del pasado que aun estás sujetando, mientras tengas las manos ocupadas no podrás recibir nada. Así que, saca del clóset lo que debas, reorganizálo, reacomoda de otra manera, desecha lo que ya no te sirve, no acumules lo que no debes. Has espacio para todo lo que está por venir, en el nombre de Jesús. Amén.
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