Villa Silípica, el pequeño pueblo que crece gracias a la primera santa argentina

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Detalle de un altar en honor a Mama Antula, el 26 de octubre de 2023, al interior del templete construido en su nombre en Villa Silípica (Argentina). EFE/ Juan Verano

Villa Silípica (Argentina), (EFE).

No está claro que la pequeña localidad de Villa Silípica fuera el lugar de nacimiento de María Antonia de Paz y Figueroa, más conocida como Mama Antula, pero los habitantes de este remoto pueblo conviven con la figura de la que será la primera santa argentina como si se tratara de una vecina más.

Mama Antula será canonizada este domingo por el papa Francisco en El Vaticano, convirtiéndose en la primera santa del país suramericano, donde la religión católica es mayoritaria -más del 60 % de su población profesa esta fe-.

La futura santa nació a principios del siglo XVIII en algún lugar del territorio que hoy es la provincia de Santiago del Estero (noroeste de Argentina), una de las que tienen un mayor índice de pobreza en el país.

Los biógrafos de Mama Antula coinciden en que Villa Silípica, una pequeña población de menos de cien habitantes, situada a algo menos de cincuenta kilómetros de la capital provincial, fue el lugar en el que nació la beata.

En las últimas décadas, el culto a Mama Antula se ha convertido además en un estimulante para el desarrollo de Villa Silípica.

“Mama Antula, para todo el pueblo silipiqueño es una gran bendición, nos ayudó a crecer como hermanos (…) y también crecimos en el pueblo con mejoramiento de accesos, asfalto, iluminación y redes de agua potable”, detalla a EFE Luisina.

Esta joven de 30 años ha residido toda su vida en Villa Silípica. Sus abuelos, Juana Coronel y Dante Rojas, fueron fundamentales en la construcción del pequeño templete en honor a Mama Antula, que impulsó a finales del siglo pasado la docente, poeta y documentalista Fany Ledesma, toda una institución en Santiago del Estero y responsable de la revalorización de la futura santa.

La construcción es un pequeño espacio de ladrillo con tejados de chapa. En el centro del espacio figuran varias imágenes de Mama Antula, ofrendas, velas, flores y retratos de personas “ayudadas por sus milagros”, como el abuelo de Luisina, que sufrió un accidente cerebrovascular (ACV).

Según relata la joven, “los médicos explicaron que (la recuperación de Dante) fue un milagro, por la forma con la que reaccionó y se recuperó sin ningún tipo de lesión”. Este hecho acrecentó la fe de Luisina, que desde entonces ayuda al padre Mario Ramón Tenti ‘Monchy’ con el mantenimiento del templete.

Allí, en un pequeño montículo de tierra y en el medio de un agreste bosque bajo que apenas ofrece sombra a los caminantes en la bochornosa tarde santiagueña, se cree que Mama Antula “se encontraba con sus amigos, los nativos, para hacerlos conocer a Dios”.

En Villa Silípica se inició la actividad misionera de la beata, vinculada a la Compañía de Jesús, que después se extendió a otras provincias del noroeste argentino y la llevó finalmente a Buenos Aires, donde fundó la Santa Casa de Ejercicios Espirituales y falleció en 1799.

A Luisina le inspira particularmente la imagen de Mama Antula como mujer.

“Me imagino todo lo que tuvo que luchar y por todo lo que tuvo que pasar, andando por tantos lugares llenos de peligro. Muchas veces la trataron como loca, la insultaron o la apedrearon, pero nada la detuvo”, relata.

En este sentido, el padre ‘Monchy’ es algo más escéptico con respecto a la interpretaciones en clave feminista de la futura santa.

“Por encima de todo consagró su vida a Dios”, asegura a EFE el religioso, párroco de Villa Silípica e impulsor de la construcción de un segundo monumento religioso en honor a Mama Antula, el santuario inaugurado en 2016, cuando la futura santa fue beatificada, y que concita peregrinaciones varias veces al año.

Desde este sábado, los silipiqueños mantienen una vigilia por la canonización de su vecina más ilustre y seguirán mediante grandes pantallas instaladas en el pueblo el acto que se celebrará en El Vaticano, y al que asistirán el presidente de Argentina, Javier Milei, entre otras autoridades locales, provinciales y nacionales.

Por su parte, el papa Francisco ya ha mantenido audiencias esta semana con peregrinos argentinos en Roma y ha tenido palabras muy elogiosas para la beata santiagueña.

“La caridad de Mama Antula, especialmente en el servicio a los más necesitados, se impone hoy con gran fuerza, en una sociedad que corre el riesgo de olvidar que el individualismo radical es el virus más difícil de vencer”, dijo el sumo pontífice.

Luisina espera que el papa visite Argentina este año -algo que aún no ha sido confirmado por El Vaticano, pero que es la intención del Ejecutivo argentino- y anhela que Francisco pueda recorrer los lugares santos de Villa Silípica, aquellos que contribuyeron a construir la figura de la primera santa de Argentina.

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