Bajo el sofocante sol de Malpaisillo, Josué recorre las calles de este municipio en el departamento de León, ubicado a unos 42 kilómetros de la ciudad universitaria para ofertar sus ricos raspados.
“Quiero ayudar a mis padres y tener mi propio dinero” comparte el niño soñador.
“El niño vende raspado” así lo conocen popularmente en este municipio. Sus clientes habituales lo reciben con alegría, sabiendo que detrás de ese carrito de raspados hay un niño emprendedor con grandes aspiraciones. Y es que, más allá del negocio, Josué tiene claro su objetivo: convertirse en un excelente profesional de la medicina.
“La miel que le aplico al hielo que raspo la elaboramos de diferentes sabores, y nos unimos todos en casa para realizarla” cuenta” el niño vende raspado.
Cada peso ganado en su negocio de raspados es un paso más hacia su sueño. Desea con ayudar a las personas, con aliviar el dolor y sanar enfermedades. Su espíritu emprendedor y su amor por ganarse la vida son el motor que impulsa su determinación. Aunque el camino hacia la medicina sea largo y lleno de desafíos, el menor está dispuesto a enfrentarlo con valentía y perseverancia.
En cada raspado que prepara y sirve con esmero, vislumbra un futuro lleno de oportunidades. Sueña con el día en que su carrito de raspados sea reemplazado por un consultorio médico, donde pueda ayudar a quienes más lo necesitan. Con su dedicación, talento y el apoyo incondicional de su familia, Josué está seguro de que alcanzará sus metas y se convertirá en el médico ejemplar que siempre ha deseado ser.
Ante muchas interrogantes realizadas a Josué, confiesa que no desistirá aunque su trabajo amerite estar bajo el sol inclemente a veces con una temperatura de más de los 38 grados centígrados. Malpaisillo es uno de los municipios más caliente de León.