Fresia Alemán, una ciudadana comprometida con el bienestar animal, ha dedicado más de 10 años de su vida al rescate de perros abandonados en la ciudad de León. A lo largo de este tiempo, su hogar se ha convertido en un refugio para decenas de canes que deambulan por las calles. Actualmente, Fresia cuida a 34 perros, a quienes les brinda atención inmediata, asegurándose de que estén en buen estado de salud y bien alimentados.
Su amor por los animales es profundo, y su deseo de seguir rescatando perritos continúa siendo una prioridad en su vida. Sin embargo, Fresia reconoce que cada día se vuelve más difícil mantener a tantos animales bajo su cuidado. El aumento del número de perros callejeros en León es evidente, y Fresia cree que esto se debe en parte a que muchas personas están abandonando a sus mascotas. Algunas lo hacen porque ya no pueden o no desean cuidarlos, mientras que otros perros han quedado en las calles tras la migración de sus dueños, quienes se han visto forzados a dejar el país.
“Ahora se ven más perros abandonados que antes”, comenta Fresia, quien siente que su labor es más necesaria que nunca. Sin embargo, el reto de proveer alimento para tantos perros es abrumador. Fresia explica que conseguir suficiente comida, especialmente sacos de concentrado, se ha vuelto un desafío diario. A pesar de las dificultades económicas, se esfuerza por garantizar que sus perros reciban la mejor atención posible.
Alemán cuenta que la gente parece cada vez menos dispuesta a mantener a sus mascotas en casa, lo que agrava la situación. Muchos perros terminan en las calles, ya sea porque sus dueños no pueden hacerse cargo de ellos o porque las circunstancias económicas y sociales los han obligado a tomar decisiones difíciles, como dejar sus hogares y con ello a sus animales.
El trabajo de Fresia no solo consiste en rescatar a los perros y ofrecerles refugio temporal, sino también en fomentar la adopción responsable. A través de sus redes sociales y con la ayuda de algunas personas solidarias, ha logrado encontrar hogares permanentes para algunos de sus rescatados, pero la tarea es ardua y el número de perros en situación de calle sigue creciendo.
Fresia sueña con contar con más apoyo, tanto económico como en recursos, para poder seguir con su misión. Su amor por los animales y su compromiso con esta causa son inquebrantables, pero el camino no es fácil. Cada perro que rescata representa una vida salvada, y ella está decidida a continuar, siempre con la esperanza de que más personas se sumen a su causa, ya sea adoptando un perro o apoyando de alguna manera a los refugios de animales en la ciudad.