La vida es como el bumerán. Un bumerán, según el diccionario, es un arma contundente
arrojadiza, consistente en una pieza de madera curvada que, lanzada con movimiento giratorio,
vuelve al punto de partida si no da en el blanco o choca con un obstáculo.
En nuestra vida todo
regresa a nosotros. Por eso es tan valioso e importante que tomes cuidado de meditar en esto. Lo
que piensas, dices y haces, tarde o temprano regresará a ti. Y dependiendo de la calidad de lo que
hacemos y el cómo lo hacemos, esto tendrá una repercusión ya sea negativa o positiva en
nosotros, en un futuro no muy lejano.
Si haces el bien a los demás, ese mismo bien se volverá a tu vida o la de los tuyos. En cambio si
haces el mal a los demás, ese mismo mal se volverá a tu vida o la de los tuyos tarde o temprano.
La palabra de Dios dice, en Mateo 7:12 NTV , “haz a los demás todo lo que quieras que te hagan a
ti. Esa es la esencia de todo lo que se enseña en la ley y en los profetas”, esto es lo que muchos
conocen como la regla de oro. No hagas lo que no te gustaría que te hicieran y por el contrario,
busca hacer todo aquello que te gustaría que te hicieran a ti. En Lucas 6:38 TLA, nos advierte
“Dios les dará la misma medida que ustedes den a los demás.
La vida te medirá, con la misma medida que tú has medido a los demás. Por eso se cauteloso con
lo que siembras, se cauteloso con lo que das, se cauteloso con lo que haces. Llegado su momento
la vida te lo podría cobrar. Porque el bumerán de tu vida, vendrá de vuelta.
