La figura del iceberg, nos enseñará en esta ocasión, cómo funciona el comportamiento de los seres humanos. Un iceberg según la RAE, es una gran masa de hielo flotante, desgajada del polo, que sobresale en parte, de la superficie del mar. La palabra clave es “en parte”.
Cuando te topas con una situación, lo que alcanzas a ver de ésta es solo la punta del iceberg, sin embargo hay un área mucho más grande, que se oculta por debajo de las aguas del mar que impide comprender la situación o el comportamiento por completo.
Esto se aplica para todas las relaciones que el ser humano experimenta: pareja, de padres e hijos, de familia o laborales, etc. Lo manifestado, lo que se ve, es el resultado de todas las raíces aún más profundas, que están encubiertas por el agua.
Tenemos malas relaciones con la gente, porque no logramos comprenderlas por completo, porque solo estamos viendo la punta del iceberg. Hasta que no nos sumergimos en la profundidad de las aguas, no nos daremos cuenta lo que hay más allá, no te enterarás qué mueve en realidad a esa persona, o qué provoca su comportamiento.
A la luz de la palabra, aprendemos en Lucas 6:45 PDT que: “El que es bueno lo es en su interior y habla de lo que tiene allí, de igual manera el malo lo es en su interior y habla de lo que tiene allí; porque las palabras revelan lo que hay en el interior.”
Si quieres entablar buenas y duraderas relaciones con otros, te invito a que tomes tiempo para conocer lo que hay en el interior de esas personas, eso te dará mayor comprensión de sus acciones. Y así mismo, deja de ocultarte bajo las profundidades del mar, y permite que otros puedan ver en tu interior y disfruta de tus relaciones a plenitud.
