Hay una refrán en mi tierra, que dice el que parpadea pierde, esto se refiere a dos situaciones: una que pueden haber grandes oportunidades en tu vida y al no estar alerta, podes llegarlas a pasar por alto o perderlas. Y por otro lado, también por no tener una actitud de alerta, vigilante, activa, se te pueden venir situaciones, que no previniste que sucederían y te causan daños o grandes estragos en tu vida.
La palabra de señor afirma en 1 Pedro 5:8: “Sed sobrios, y velad;
porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda
alrededor buscando a quien devorar;” tenemos un enemigo, este no
descansa, y siempre está al acecho buscando como dañarnos, herirnos,
interferir con los planes de bien que Dios tiene para nosotros. Por lo cual
nuestra actitud debe de ser de alerta, precaución, vigilancia constante.
Nuestro Dios no duerme ni descansa, y vela por nosotros en todo
momento, pero nosotros también debemos de velad constantemente.
Porque mucho de lo que estás viviendo ahora mismo, lo experimentas
porque parpadeaste. Estas enfermo con diabetes, porque parpadeaste
en tu alimentación balanceada, estas despedido de tu empleo porque
parpadeaste, y fuiste negligente. Tus hijos cayeron en drogas porque
parpadeaste y no viste los riesgos o compañías que los rodeaban. Tu
hija se intentó suicidar, porque parpadeaste, y no viste cómo se sentía.
El que parpadea, siempre pierde.
Al ser humano, le cuesta mucho hacerse responsable, por aquellas
situaciones que el mismo se ha causado, es más fácil echarles la culpa a
terceros, de lo que sucede, con tal de no reconocer, que pardearon y les tocó perder.
No te distraigas, no te hagas de la vista gorda, lo que sos y lo que podes
llegar a tener o no, es producto de cuántas veces parpadeas en tu vida.
Bendiciones.
