Después de diez años, los sobrevivientes y los voluntarios de la súper tormenta Sandy siguen inspirados por el amor fraternal en acción
Por Ernesto Sotomayor
Brian y Jackie Alexander trataron de armarse de valor para enfrentar el daño que el huracán Sandy había causado en su apartamento en Brooklyn, Nueva York. Aun así, nada podría haberlos preparado para ver sus posesiones sumergidas en siete pies de agua sucia.
“Lo que realmente nos rompió el corazón fue ver las fotos de nuestra boda flotando en esa agua sucia”, dijo Brian. “Fue el sentimiento más vacío que he experimentado”.
Las suyas fueron solo dos de los miles de vidas que se vieron afectadas en octubre de 2012, cuando la súper tormenta Sandy devastó la costa este, convirtiéndose en ese entonces en el segundo ciclón más costoso en azotar los Estados Unidos desde 1900, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
A pesar de estar conmocionados por su pérdida, los Alexander encontraron consuelo y fortaleza en tantas expresiones de apoyo de su familia espiritual compuesta por testigos de Jehová. La sucursal estadounidense de esta organización cristiana reunió recursos a través de las congregaciones locales. La organización preparó su respuesta ante desastres antes de la tormenta, reuniendo y equipando a 15 equipos regionales para brindar apoyo material, emocional y espiritual a unas 3.000 personas en las comunidades costeras afectadas.
La respuesta organizada a Sandy es una práctica estándar para los testigos de Jehová, quienes recientemente establecieron 800 comités de ayuda humanitaria en todo el mundo en respuesta a la pandemia mundial. Más recientemente, los esfuerzos de socorro en casos de desastre están en marcha en respuesta al desastre del huracán Ian.
Unos 26.000 Testigos voluntarios participaron en las labores de socorro en el área metropolitana de Nueva York variadas, desde ayudar a sacar el agua de casas inundadas y a clasificar pertenencias recuperables hasta leer escrituras reconfortantes y orar con los que habían sufrido pérdidas.
Profundamente conmovidos por el amor que se les mostró, los Alexander pronto se encontraron derramando más lágrimas de gratitud que de dolor.
“Tuvimos que decirles a todos que dejaran de donar porque ya teníamos lo suficiente”, dijo Jackie, quien recuerda tantos regalos en forma de dinero, ropa y muebles que llegaron aun hasta meses después de la tormenta. “Nuestros amigos de la congregación querían hacernos sentir felices y hacernos sentir que no estábamos solos”.
La respuesta organizada a Sandy es una práctica estándar para los testigos de Jehová, quienes recientemente establecieron 800 comités de ayuda humanitaria en todo el mundo en respuesta a la pandemia mundial. Más recientemente, los esfuerzos de socorro en casos de desastre están en marcha en respuesta al desastre del huracán Ian.
“Ayudarnos mutuamente en tiempos de necesidad es una parte fundamental de nuestro ministerio”, dijo Robert Hendriks, vocero estadounidense de la organización mejor conocida por su ministerio público de casa en casa. “Jesús dijo que sus seguidores se identificarían por su amor mutuo. Pero el amor no se limita a lo que profesamos, nos mueve a actuar cuando vemos a otros en necesidad. Movilizar las labores de socorro en tiempos de desastres es una expresión tangible de ese amor”.
El amor motivó a la familia Boshart a entrar en acción después de enterarse de la devastación que dejó la súper tormenta Sandy a su paso. Jack Boshart y sus dos hijas, Tina y Tammy, se apresuraron a regresar a Waterville, Nueva York. Ellos abreviaron sus vacaciones de familia en Orlando, Florida, para ayudar a organizar las labores de socorro en las áreas más afectadas de Nueva York. Cargaron su remolque con equipo, combustible y tantos generadores como sus amigos pudieron suministrarles.
Por su experiencia al haber participado en labores de socorro después del huracán Andrew, sabían lo agotador que puede ser el trabajo, pero ayudar a los demás tenía prioridad sobre la comodidad personal. “Estaba pensando en el amor al prójimo”, dijo Tina.
La ayuda a menudo incluía prestar un oído comprensivo. “A veces lo que necesitan es apoyo emocional. Al haber pasado por un evento tan traumático necesitaban hablar del asunto”, dijo Tammy.
Los Boshart se ofrecieron juntos como voluntarios en más de una docena de proyectos de ayuda organizados por los testigos de Jehová. “Cuando hay un incidente, se puede garantizar que la organización estará tomando medidas para atender sus necesidades físicas y emocionales”, dijo Jack. “Nuestra fe se fortalece al ver el amor en acción”.
Determinados a demostrar el mismo amor que ellos experimentaron, los Alexander han ampliado su ministerio voluntario en la década posterior a Sandy. En los primeros meses de la pandemia de COVID-19, la pareja aprovechó la oportunidad de distribuir cajas de alimentos a familias que enfrentaban dificultades financieras. “Tan pronto tuvimos la oportunidad de devolver los favores, Jackie y yo no lo pensamos ni un segundo”, dijo Brian. “Nunca olvidaremos la experiencia por la que pasamos y las manos que tocaron nuestras vidas”.
Para obtener más información sobre las actividades de socorro en casos de desastre de los testigos de Jehová, visite jw.org.
Los testigos de Jehová provienen de cientos de antecedentes étnicos y lingüísticos, pero nos unen objetivos en común. Sobre todas las cosas, deseamos honrar a Jehová, el Dios de la Biblia. Nos esforzamos al máximo por imitar a Jesucristo y estamos orgullosos de ser llamados cristianos. Cada uno de nosotros dedica tiempo regularmente a ayudar a las personas a aprender sobre la Biblia y sobre el Reino de Dios. En vista de que testificamos, o sea, hablamos de Jehová Dios y su Reino, se nos conoce como Testigos de Jehová. Para leer la Biblia en línea y aprender más sobre nosotros y nuestras creencias, visite jw.org/es.
